Hoy he ido a
San Juan de Aznalfarache a renovar el Pasaporte de Sofía. Sin duda ha sido una experiencia
"extrasensorial". Para el viaje que voy a hacer a Centroeuropa no es un
trámite necesario, pero conozco bien a la policía suiza y me fastidia hacer de
traductora al francés del Libro de Familia español.
Podía haber
ido a Sevilla capital, pero San Juan es un pueblo cercano en coche por estar en
la zona del Aljarafe y deduje que estaría menos masificado ( los que me
conocéis sabéis que tengo fobia a estar en sitios con mucha gente, playas domingueras, paseos marítimos
que parecen ferias...etc ).
Llevaba años
sin ir y me he llevado una sorpresa..... Para empezar aquello no parece un
pueblecito andaluz sino el extrarradio marginal de una gran ciudad, con altos edificios
decadentes de "ladrillo visto" llenos de calzoncillos, tangas,
camisetas, ropa de cama, toda multicolor tendida y bombonas de butano en los
balcones (¡peligroso!).
Mi cara de
asombro debía ser un poema pues Sofía preguntó -"Mamá ¿qué te pasa? ¿dónde está la bruja?"-.
Al llegar a
la Comisaría, un policía con aire arrogante, que leía sentado el periódico
MARCA, me preguntó si tenía cita previa y contesté que sí. "¡A la cola señorita!".
Al poco, cuando me senté frente a la funcionaria. ocurrió un fenómeno que nos
dejó a todos los presentes aturdidos. Un móvil comenzó a sonar sin parar....
Soy una gran
partidaria de la multiculturalidad, de hecho, siempre me he sentido sedienta de experimentar
todas las manifestaciones artísticas del mundo ( musicales, artesanas, gastronómicas..)
pero aquello era demasiado, el usuario del móvil parecía sentir un placer
orgásmico por torturarnos con la canción entera y, por un momento, me
transportó a una de las escenas más surrealistas que he vivido en mi vida.
Los nervios
se estaban apoderando de mí, ya había vaciado mi bolso sobre la mesa de la
funcionaria mientras Sofía aplaudía divertida cogiendo mi espejo de maquillaje -"Pues ahora no encuentro dónde he
puesto las dos fotos de la niña, me temo que voy a tener que hacerles unas
nuevas"-. La funcionaria, con la cara desencajada por el hilo musical
atronador tuvo que elevar la voz. -"No
hay problema, puede volver luego, siga la avenida hasta el final y a la derecha
en una placita hay un estudio de fotos" -.
Te gusta el
mmm,
Te traigo el mmm,
Y Lorna a ti te encanta el mmm,
Qué rico el mmm,
Sabroso el mmm
Y a ti te va a encantar
Te traigo el mmm,
Y Lorna a ti te encanta el mmm,
Qué rico el mmm,
Sabroso el mmm
Y a ti te va a encantar
El Policía
chulito, hundía cabizbajo su cabeza en el periódico como diciendo "No
pienso pringarme en esta situación tan patéticaaaaaa".
No doy
ningún valor al aspecto exterior de las personas, pero no pude evitar mirar en
dirección de aquel desatino musical para quedarme boquiabierta ante la falta de
buen gusto y decencia. El grupo de
jóvenes parecía recién sacado del videoclip de la canción o de una discoteca hortera
de Panamá. Las mujeres llevaran microfaldas mostrando bragas y muslamen
escoltadas por "papichulos" musculosillos con calzoncillos asomando por
doquier.
Caminando
hacia la placita se extendían los cutrebares de la zona, que olían a fritanga y
bayetas manoseadas con jubilados que tomaban el café junto a los que podían pasar
por figurantes del mercado de abastos de Guayaquil..
Y entonces
todo ocurrió, a la salida del estudio de fotos reparé que nos aguardaba una
banda sonora alucinante. Decenas de coches tuneados aparcados sonaban con
distinta música, pero con un ritmo común machacante y alienador : PÚN,
PURUMPUMPÚN, PURUMPUMPÚN, PURUMPUMPÚN, PURUMPUMPÚN, ¡PÚN, PÚN, PÚN, PÚN! ( y
vuelta a empezar). A partir de ahí, la diversidad de la letra de lo que ellos
llaman "Reggaeton" variaba, "Dame
más gasolina" "Soy tu gatita"
"Perrea, perrea". ¡¡¡¡Esto
ya era demasiado!!!!
Aclaro de
antemano que no sufro ningún tipo de trastorno esquizoide, pero juro que fue
entonces cuando me pareció ver salir de los portales, cual zombies, a cientos
de tías con melenas larguísimas, uñas largas, tacones de plataforma, tangas al
descubierto meneando sus caderas en mitad de la plaza mientras que tíos tipo
Pitbull las agarraban lascivos de las cinturas al ritmo de movimientos
pélvicos. Los jubilados abrían la boca de gusto y sus señoras indignadas se
santiguaban.
"Si es verdad que tú eres guapa,
yo te voy a poner a gozar
tú tienes la boca grande
dale ponte a jugar"........
-"Mamá, ¡¡¡¡mamáaaaaaaaaaa!!!!,
¡ahora sí que has visto a la bruja!"-
3 comentarios:
Divertidísimo, tienes un estilo ácido e irónico brillante ¡felicidades!
has captado lo que muchos también observamos y no tenemos tu capacidad de expresar. Enhorabuena, porque mientra leís podía ver nítidas las imágenes y escuchar el sonido a través de las palabras que escribes. Soy Desiderio.
Muchísimas gracias por los comentarios y en especial a Desiderio: viniendo de ti, es de verdad un honor inmenso. Me alegro de que te haya gustado y hayas sentido la música y las imágenes. Nada más que por eso ha merecido la pena escribir este pequeño relato. Un beso muy grande.:))
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